lunes, 1 de julio de 2013

El Titiritero de Segovia



La primera vez que estuve en Segovia, no tenía ni idea de que había un festival de títeres. Cuando llegué, la ciudad estaba repleta de gente de todo el mundo. Un  precioso Tiovivo se situaba bajo el gran acueducto y había títeres por todas partes. Las calles eran una sucesión de titiriteros ambulantes que realizaban sus actuaciones, cada una más curiosa que la anterior.
De pronto, la melodía de un violín. El sonido de este instrumento me parece de los más bellos y siempre me emociono viendo tocar a un violinista, moviéndose con la música como si fuera el arco el que lo llevara a él. Me acerqué y pude ver a un titiritero manejando los hilos de una violonchelista que parecía tener vida propia. Los niños se sentaban a su alrededor, escuchando embelesados la música que -a pesar de la desafortunada confusión de instrumentos- parecía proceder del violonchelo del títere. Dicen que la música amansa a las fieras, y aquello era exactamente la representación gráfica del proverbio.