Ayer cogí la cámara y me di un paseo bajo la lluvia. Parece que no, pero los días lluviosos y de apariencia triste pueden tener mucho encanto.
Miles de historias pueden pasar bajo los paraguas y los tejados mojados. Como la de este desconocido.
Quién sabe cuál será su historia... Pero es precioso poder imaginarla a partir de una fotografía.
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